Seguro que por la tele o en muchos artículos de belleza habéis escuchado que hay tres tipos de pieles: grasa, seca o mixta.
Saber qué tipo de piel tenemos es muy importante, ya que la compra de los productos de limpieza, hidratación y maquillaje se tendrá que hacer en función de la piel que tengamos. Pero ¿cómo averiguarlo?
Lo primero de todo, lávate la cara con el jabón que utilizas normalmente, sécala con una toalla y no te apliques ni cremas hidratantes ni ningún maquillaje.
Deja pasar unas tres horas, ponte frente al espejo y fíjate en tres zonas de tu cara: frente, nariz y pómulos.
Piel grasa: si tu piel es grasa, cuando pasen unas horas del lavado de cara empezarás a notar brillos en tu piel y si la tocas, notarás una textura aceitosa. Es el sebo que tu piel genera en exceso.
Piel seca: al contrario de la piel grasa, la piel seca se caracteriza por no producir suficiente sebo para hidratar naturalmente la piel. En este caso, notarás la piel tirante.
Piel mixta: esta piel es una mezcla entre grasa y seca. Si tienes esta piel, notarás la zona de la frente y la nariz (la llamada zona T) más grasa que el resto de la cara, que suele estar tirante y seca.
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