La base de maquillaje es el producto de belleza básico para lucir un rostro con un color uniforme.
Seguro que cuando os miráis al espejo, después de limpiar en profundidad el rostro e hidratarlo, habéis comprobado que el tono de la piel no es uniforme. Siempre hay zonas con rojeces (nariz, zonas con granitos...) o con tonos violetas (ojeras). Este arcoíris tan poco deseado se puede arreglar con una base de maquillaje, que tiene la función de: corregir el tono y disimular marquitas.
Pero escoger una base de maquillaje no es sencillo. Primero debéis escoger entre: polvos sueltos, polvos compactos, maquillaje fluido o en barra.
Normalmente a las pieles grasas les funciona mejor los polvos sueltos y compactos, ya que los polvos eliminan los brillos y actúan como barrera contra el sebo. Si tenéis la piel grasa también podéis poneros una base fluida, pero siempre tendrá que ser "oil free", es decir, sin aceite.
Los maquillajes en barra o líquidos son más recomendables para las pieles secas, ya que suelen llevar elementos hidratantes.
Una vez hayáis elegido el formato que más os guste, debéis elegir el tono. ¡Atención!, este paso es muy importante, así que os lo explicaremos con más detalle mañana.
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